¡Gracias! Gracias por existir, cada una de ustedes. Gracias por ser lo que son, en cada momento, en cada circunstancia. Ustedes, las protectoras, las que luchan mano en mano, hombro con hombro, construyendo la familia, construyendo un hogar, una familia, la gran familia. A todas, ¡gracias! Gracias a ustedes por existir.
Hoy, un homenaje para ustedes. Benditas sean mujeres por su presencia, por los desvelos, por el amor que brindan, por el amor que nos brindan, por ser protectoras, siempre.
Grandes son en el camino y en busca de ser y estar en unidad, siempre con esa sonrisa, agradeciendo el día de cada día que viven. Porque ustedes en muchas y múltiples actividades que realizan solamente llevan su atención a la familia “¿cómo amaneció? ¿Cómo amanecieron mis hijos hoy? ¿Cómo están todos? ¿Cómo están mis padres, y mi esposo? ¿Cómo fue el día de hoy? ¿Su noche? Siempre en pensamiento a la familia.
Y al final de cada jornada, al final de cada día, se sientan y se sirven una taza de té haciendo un recuento de los hijos presentes, como el ausente, “¿en dónde estarán? ¿En dónde estará cada uno de ellos ahora? ¿Estarán bien con su familia? ¿Estarán bien con sus hijos? ¿Qué están haciendo? Probablemente disfrutando del televisor, o de una obra teatral o musical. Agradezco al universo por permitirme este momento para descansar y reflexionar sobre la familia, acerca de lo que están haciendo y agradeciendo por el día que pasó. Hoy, presta para hacer la última rutina, la bendición para todos a donde quiera que estén, y disponerse a descansar.”
¡Gracias por existir, benditas mujeres! Nosotros les agradecemos por su presencia y ser. Siempre y en cada momento y en cada instante.
Feliz día de la mujer!
Con Amor, Por Amor, Respeto, Humildad.
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